¿Serán los últimos días de Joviel Acevedo?

¡Buenos días!

Sin ceder a la corrupción. Enrique Crespo, CEO de CMI Capital, asegura que en el compliance no hay opción para ceder a prácticas fuera de la ley.

Sindicalista ya no duerme tranquilo. Parece que Joviel Acevedo se enfrenta, por segunda vez, a un gobierno que no es complaciente con sus acciones.

En línea. Fernando Bon, de la Alianza por un Congreso Eficiente, explica lo que se vislumbra en los próximos meses en el Organismo Legislativo.

La España de Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE convirtió al socialismo español en una cloaca a la que pretende vestir de blanco.

Siga disfrutando su fin de semana.

Nos encontramos el próximo domingo.

CEO DE CMI CAPITAL

Enrique Crespo:

“Preferimos perder negocios antes que ceder valores”

Por: Miguel Rodríguez y Luis Enrique González

Durante la segunda edición del Summit Internacional de Compliance y Gobierno Corporativo, Enrique Crespo, CEO de CMI Capital, abordó cómo los liderazgos ancestrales pueden inspirar los modelos modernos de gobernanza. En entrevista con República, destacó la figura del Ajaw maya como un símbolo de liderazgo legítimo basado en visión, propósito e impacto comunitario. 

Crespo subrayó que el cumplimiento corporativo debe ser una función transversal, que habilite sostenibilidad sin frenar la agilidad del negocio. Además, hizo un llamado al sector privado a rechazar prácticas corruptas, afirmando que la ética debe prevalecer, incluso en contextos difíciles como el guatemalteco. 

¿Qué tan complicado es implementar sistemas de cumplimiento en Guatemala comparado con otros países en los que operan? 

— Es complicado en Guatemala y en todos los países donde operamos. Actualmente, tenemos presencia en 16 países, incluyendo EE. UU., países del Caribe y Sudamérica. En cada uno enfrentamos retos distintos que responden a las condiciones específicas de cada mercado.

Las normativas locales, los niveles de exigencia de las autoridades, la diversidad cultural y los estilos de gestión pública son factores que hacen que el compliance nunca sea una tarea fácil. No haría una distinción transcendental con respecto a Guatemala, aunque sí es cierto que enfrentamos grandes dificultades, en especial al momento de operar en distintos sectores con múltiples actores. 

¿Cuáles son las dificultades más comunes que enfrentan específicamente en el contexto nacional? 

— Uno de los principales retos es la interacción con autoridades tanto a nivel nacional como local. Esas gestiones implican procesos más complejos, donde cada nivel de gobierno impone dinámicas diferentes.

También hay retos internos. Las organizaciones están compuestas por personas con niveles diversos de conciencia sobre la importancia de vivir los valores. Además, trabajar con proveedores y clientes siempre implica desafíos éticos que requieren vigilancia y compromiso constantes.

¿Ustedes tienen negocios directamente con el Estado o solo se relacionan en temas regulatorios? 

— No tenemos negocios directamente con el Estado, pero sí interactuamos con entidades públicas en la mayoría de los sectores donde operamos. Es inevitable y parte del funcionamiento empresarial en países como Guatemala.

Siempre hemos sido muy claros con las autoridades. Gestionamos permisos y autorizaciones de forma transparente, aun si eso implica que los trámites demoren más de lo esperado. Nuestra prioridad es no comprometer nuestros valores por agilidad operativa.

¿Qué otras fricciones enfrentan, además de la lentitud en la tramitología o los permisos? 

— Uno de los principales focos de riesgo ha sido la relación con proveedores. Esto no solo se limita a Guatemala, sino que ocurre en varios países donde operamos. La gestión de compras históricamente ha sido un punto vulnerable a sobornos o fraudes.

Cuando hemos detectado irregularidades, hemos actuado con mucha firmeza. Evolucionamos hacia un modelo de abastecimiento estratégico. Implementamos procesos más exigentes de certificación y vigilancia. Fortalecemos el cumplimiento ético en todas las etapas del suministro.

¿Qué recomendaría a las empresas pequeñas que no pueden esperar por un permiso o enfrentan obstáculos que afectan su operación inmediata? 

— Es un dilema profundo, porque está en juego la supervivencia. Pero yo apostaría por la sostenibilidad de largo plazo, incluso si eso implica dejar pasar oportunidades inmediatas. Poner en riesgo los valores por obtener agilidad puede hipotecar el futuro del negocio.

Si una empresa depende de una decisión poco ética para subsistir, yo preferiría no seguir ese camino. Buscaría otras alternativas de negocio que estén alineadas con mis principios. Esa es una decisión difícil, pero necesaria si queremos cambiar la cultura empresarial.

¿Cómo interpreta el hecho de que muchas empresas en Guatemala sobreviven pagando para operar?

—El sector privado es el motor del desarrollo del país y debe dar el ejemplo. En la corrupción siempre hay un corruptor y un corrupto; ambas partes comparten responsabilidades.

Debemos rechazar esa dinámica negativa. Si ambos actores se niegan a participar, es posible incidir para que la gestión pública evolucione hacia estándares de mayor transparencia y profesionalismo. Eso requiere valentía y coherencia ética.

El Summit explora cómo los principios éticos, la integridad y las prácticas de sociedades antiguas sentaron las bases de los estándares actuales en cumplimiento. ¿Qué enseñanza deja el Ajaw maya?

— La figura del Ajaw es una referencia muy oportuna. Era un liderazgo basado no solo en jerarquía, sino en propósito, visión de largo plazo y alta conciencia del entorno.

Ese tipo de liderazgo es mucho más legítimo que el proveniente únicamente de la autoridad. En el mundo corporativo, necesitamos inspirar desde la visión y la capacidad de generar un impacto positivo, no desde el título del cargo.

¿Diría que ese tipo de liderazgo es esencialmente vocacional?

— Sin duda. El liderazgo no nace del cargo, sino de la vocación por transformar. Tiene que ver con creerse capaz de influir positivamente sobre todos los grupos de interés que rodean a una empresa.

Eso incluye colaboradores, proveedores, clientes, comunidades, gobiernos y accionistas. El verdadero liderazgo busca generar valor colectivo de forma consciente, sin sacrificar el bienestar de unos por el éxito de otros.

¿Qué ocurre en los círculos compliance cuando una empresa no cumple con los estándares esperados?

— Si una empresa no cumple, simplemente no puede seguir formando parte. Los retos son constantes, porque las organizaciones están hechas de personas y todos enfrentamos dilemas éticos en algún momento.

Por eso es vital contar con sistemas de gobernanza robustos, procesos de gestión claros y mecanismos de rendición de cuentas. Esos elementos permiten detectar desviaciones y desplazar esas conductas desde la propia cultura organizacional.

¿Qué mecanismos concretos implementan en CMI para prevenir o corregir esas desviaciones?

— Contamos con comités de ética regionales y locales, un canal de denuncias accesible para colaboradores y terceros. Asimismo, talleres de valores obligatorios para todo el personal.

No importa el nivel jerárquico, todos deben participar. Estos mecanismos ayudan a identificar irregularidades y a fortalecer la cultura interna de cumplimiento. Así protegemos la sostenibilidad del negocio a largo plazo.

¿Cómo debe ser, desde su perspectiva, el perfil del compliance chief officer dentro de una empresa moderna?

— Debe ser una figura transversal, clave para la sostenibilidad a largo plazo. Su función no debe ser la de controlador central, sino la de facilitador y acompañante del negocio.

En CMI, nuestra líder de cumplimiento es una ejecutiva muy respetada. Ella no es la única responsable del cumplimiento: su papel es generar metodología, apoyar procesos y acompañar a los líderes del negocio en su gestión.

¿Diría entonces que el compliance no es una función aislada, sino integrada al modelo organizacional? 

— Así es. La función de cumplimiento no puede vivir en una burbuja. Debe integrarse a la estrategia y cultura de la organización como un eje de sostenibilidad.

Por eso hablamos de una responsabilidad compartida. Todos los líderes son responsables del cumplimiento de normas y valores. El compliance officer es un habilitador, no un auditor externo.

¿Cómo puede el compliance contribuir a agilizar procesos en países como Guatemala, sin caer en más burocracia?

— Ese es un equilibrio fundamental. Los negocios necesitan agilidad para responder a un entorno cambiante, pero sin sacrificar el control. Encontrar ese balance no es fácil, pero es posible.

Un exceso de control puede hacer lenta a una empresa. Pero la ausencia de controles la vuelve frágil y poco sostenible. El compliance debe facilitar la operación, no estorbarla. Ese es su verdadero valor estratégico.

Fotos: Diego Cabrera / República

 
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Glenda Sánchez
Joviel Acevedo, ¿una batalla perdida o el principio de su fin?
630 palabras | 3 minutos de lectura

Joviel Acevedo, el sindicalista más polémico en las últimas décadas, se encuentra en la cuerda floja. Al punto que podría perder el pulso con el Ministerio de Educación (Mineduc) y el espacio en el Sindicado de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (STEG).

  • “Podría significar solo una batalla perdida para Acevedo, pero no la guerra. Como ocurrió cuando fue reinstalado en la admiración de Álvaro Colom”, comentan expertos.

En perspectiva. Hace 28 días grupos de maestros se concentraron en los alrededores del Palacio Nacional de la Cultura, en la zona 1 capitalina. Medida de presión promovida por el líder sindical. Hasta el momento, más de 300 000 estudiantes son afectados.

  • En 2024 asumieron las nuevas autoridades del Mineduc. Sin embargo, días antes el STEG empezó con las negociaciones del nuevo Pacto Colectivo. Y se blindaron al solicitar la reserva del proceso.

  • El gobierno presentó tres acciones legales, con auxilio de la PGN, y sugirió solicitar las actas de las reuniones del sindicato en la Unidad de Acceso a la Información Pública.

  • Luego el STEG buscó revocar la decisión del Mineduc. Y aprovechó para exigir el seguro médico escolar, implementado en la administración de Alejandro Giammattei. Sin embargo, no tuvo éxito.

Entre líneas. Las inconformidades subieron de tono, días después de que el presidente Bernardo Arévalo y Anabella Giracca, titular del Mineduc, anunciaron un incremento salarial del 5 %, sin consentimiento de los sindicalistas. Ellos exigen un 15 %, es decir, un 10 % más.

  • Las decisiones del Mineduc hacen temblar al sindicalista, quien se juega sus últimas cartas. Su objetivo es mantener el poder que le cedieron los gobiernos de la UNE, Partido Patriota, FCN-Nación y Vamos.

  • Acevedo consolidó su liderazgo por los grandes aumentos, bonos para los maestros y un sinfín de privilegios que les otorgaba a los miembros del STEG. Moneda de cambio que los dejó callados durante los cambios presidenciales.

  • Sindicalistas de otros ministerios aseguran que Acevedo se extralimitó con las acciones y abusó del poder de convocatoria para presionar. Además, indican que las últimas acciones de Educación podrían marcar el final de su autoritarismo y manipulación.

Ahora qué. El Mineduc confirmó que no dará marcha atrás a los cambios de fondo que quiere implementar con el sindicato.

  • En su momento, la ministra aseguró que no existe ningún pulso político con el líder sindical. Es decir, no se prevé la firma de “un nuevo pacto colectivo irresponsable”.

  • Este escenario no es el que espera Acevedo. A los maestros les indicó que la postura del ministerio “es un discurso de doble moral, irresponsable y sin prioridad social”.

  • Expertos reiteran que las autoridades deben seguir con las sanciones contra los docentes. Además, dejar claro las responsabilidades del Mineduc y las del STEG. “Establecer límites para evitar que ningún sindicalista se inmiscuya en los aspectos administrativos del ministerio”, concluyeron.

 
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Alejandro Palmieri
El socialismo español: prostitutas y corrupción

Pedro Sánchez, líder del PSOE, llegó al poder en 2018 tras una moción de censura contra Mariano Rajoy, prometiendo regeneración democrática. Sin embargo, su permanencia en La Moncloa ha dependido de alianzas con separatistas vascos (EH Bildu) y catalanes (Junts, ERC), a pesar de haber jurado no pactar con ellos. Estas alianzas, que incluyeron la amnistía a líderes independentistas, han generado críticas por comprometer la unidad nacional y han alimentado el descontento ciudadano. Importante es destacar, que Sánchez no ha ganado ni una sola elección general.

Prostitución y corrupción

Su gobierno ha sido sacudido por escándalos de corrupción, destacando el “Caso Koldo”. Koldo García, exasesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos, está acusado de cobrar comisiones ilegales de hasta EUR 1.5M por facilitar contratos de mascarillas durante la pandemia a la empresa Soluciones de Gestión, que carecía de experiencia en suministros médicos. La UCO descubrió que García usó su influencia en el Ministerio de Transportes para agilizar estos contratos, acumulando propiedades y activos para ocultar las ganancias. Además, audios filtrados revelan discusiones entre García, Ábalos y Santos Cerdán, número tres del PSOE, sobre pagos de EUR 620 000, implicando a figuras clave del partido. Cerdán dimitió tras divulgarse estas grabaciones.

Además, audios filtrados develan pagos a prostitutas con fondos públicos –colocándolas en “plazas fantasma”–, un escándalo que ha indignado a la opinión pública y desmentido el discurso moralista del PSOE.

Otro escándalo involucra al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, acusado de filtrar correos electrónicos de un abogado ligado a la oposición (PP) para desacreditar investigaciones contra el PSOE. Cuando fue investigado, García Ortiz borró datos de sus dispositivos electrónicos, un intento de encubrir su delito que ha intensificado las acusaciones de obstrucción a la justicia. Este caso se suma a las investigaciones sobre Begoña Gómez, esposa de Sánchez, por tráfico de influencias en el rescate de Air Europa, y sobre su hermano, David Sánchez, por irregularidades en Badajoz. 

Presente y futuro

La permanencia de Sánchez en el poder pende de un hilo, por no decir que es insostenible. Su coalición minoritaria, respaldada por Sumar y los separatistas, es frágil. La presión para que dimita y convoque elecciones anticipadas crece, especialmente tras las críticas de su propio partido, donde líderes regionales temen un castigo electoral en 2027 si Sánchez persiste. Dimitirsería un reconocimiento de derrota, pero prolongar su mandato podría agravar la crisis del PSOE, desmovilizando a su base electoral. La oposición, liderada por el PP de Alberto Núñez Feijóo, está capitalizando el descontento, con el apoyo de Vox en auge entre los jóvenes. Las encuestas sugieren que una alianza PP-Vox podría ganar en elecciones anticipadas, especialmente tras el impulso de la derecha en las elecciones regionales y municipales de 2023.

Si Sánchez logra completar su legislatura hasta 2027, el desgaste acumulado podría ser devastador para el PSOE. La economía, la inflación y la percepción de corrupción seguirán erosionando su apoyo, mientras que el PP, con una narrativa de estabilidad y moderación, podría consolidarse. Sin embargo, la dependencia del PP de Vox plantea riesgos, ya que alienaría a votantes centristas y a partidos regionales. La dimisión de Sánchez y elecciones anticipadas parecen la vía más lógica para evitar un colapso mayor del PSOE, pero su historial de resistencia sugiere que optará por aferrarse al poder, a costa de un alto precio político para España, algo que ya es patente a nivel europeo.

En síntesis, Sánchez ha convertido al socialismo español en una cloaca en la que pretende, aún, vestir de blanco; la realidad es que su traje está harto embarrado.

 
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