Evacuar no es irse a casa: falla en cultura sísmica

¡Buenos días!

Después del sismo... seguimos sin plan.  María Angela Leal, subsecretaria de la CONRED, advierte que Guatemala no está preparada para enfrentar emergencias. Tras los sismos del 8 de julio, señala fallas en la cultura de evacuación y la falta de liderazgo local.

Medio siglo sin aprender a prevenir.  Guatemala reacciona con miedo cada vez que tiembla, pero no con prevención real. Aunque persiste la memoria del 76, más del 70 % de municipios no tiene planes actualizados. A menos de un año del aniversario, expertos urgen convertir el recuerdo en acción.

En línea. El presidente de la Comisión de Finanzas, Julio Héctor Estrada, asegura que los recursos para atender emergencias están disponibles; el verdadero desafío radica en la ejecución eficiente y en la toma rápida de decisiones.

Europa y América Latina: alianza urgente. Rafael P. Palomo analiza cómo Europa busca en América Latina un aliado estratégico basado en democracia y respeto mutuo, frente a la incertidumbre global. Esta alianza puede transformar la relación entre ambos continentes.

SUBSECRETARÍA DE LA CONRED

María Angela Leal Pineda:

Muchas personas entendieron ‘evacuar’ como ‘permiso para irse a casa’

Por: Luis Enrique González

María Angela Leal Pineda es antropóloga y subsecretaria de la CONRED, con amplia experiencia en gestión del riesgo y políticas públicas. Desde su rol técnico, advierte que Guatemala no está preparada para enfrentar emergencias como los sismos del 8 de julio.

Señala fallas en la cultura de evacuación, la falta de liderazgo local y la necesidad de fortalecer las coordinadoras municipales. Su llamado es claro: la prevención debe ser una prioridad nacional, no una reacción temporal.

Subsecretaria Leal, luego de los sismos de esta semana, usted mencionó que “no estamos preparados”. ¿Qué lecciones nos dejan estos eventos?

— Sí, efectivamente. Lo que nos evidencian estos sismos es que no estamos preparados. Afortunadamente, no han sido tan devastadores. Y no lo digo solo por la respuesta institucional, sino por la reacción ciudadana.

El hecho de que muchas personas hayan evacuado sus lugares de trabajo y se hayan ido directamente a sus casas, eso no es evacuar. Evacuar es salir para ponerse a salvo, no para abandonar el lugar sin coordinación.

¿Por qué cree que se malinterpretó el concepto de evacuación?

— No hemos interiorizado lo que significa. Cuando se hacen simulacros, como los que organiza la Municipalidad de Guatemala, participan muy pocos. Y quienes participan, lo hacen como si fuera una formalidad. Bajan, se agrupan, y luego suben sin reflexionar. No lo registran como algo que puede salvarles la vida.

Si estuviéramos en un centro comercial todos deberían evacuar y luego decidir si regresan a comprar. Pero en un lugar de trabajo, uno debe esperar instrucciones. El martes 8 de julio, muchas personas entendieron “evacuar” como “permiso para irse a casa”.

¿Y eso qué consecuencias tiene?

— Muchas. Primero, genera caos. Segundo, pone en riesgo a las personas. Y tercero, colapsa la movilidad urbana. Si todos salen al mismo tiempo, sin un plan, las calles se saturan. Incluso quienes no estaban evacuando, sino simplemente transitando, se ven obligados a detenerse. Eso puede ser peligroso.

Por eso es tan importante que la evacuación sea ordenada, que se entienda como una medida temporal para resguardarse, no como una excusa para abandonar responsabilidades.

¿Qué se necesita para cambiar esa mentalidad?

— Educación desde la infancia. Vivimos en un país hermoso, pero altamente sísmico. Desde pequeños deberíamos enseñar a los niños dónde viven, qué riesgos hay, y cómo actuar. No podemos seguir viendo los terremotos como anécdotas del pasado.

El terremoto del 76 todavía está en la memoria de muchos, pero lo tratamos como una historia que le pasó al abuelo, no como una advertencia para el presente.

¿Y qué se puede hacer?

— Hablar más, lograr que la prensa publique más sobre estos temas, porque son ustedes quienes llegan a más gente. Nosotros podemos alzar la voz, pero lo hacemos de uno en uno. Ustedes tienen ese poder, y creo que lo hemos desperdiciado mucho en este tema. Yo sí me apoyaría más en la fuerza que ustedes tienen.

La divulgación es clave. Pero, CONRED, aunque aclara que no es una entidad política, ¿qué más puede hacer?

— Revisar protocolos, reunirnos con las municipalidades. De hecho, lo estamos haciendo. Nuestra meta es que para 2027 tengamos conformadas las 22 coordinadoras departamentales y las 340 coordinadoras municipales. Actualmente, tenemos 21 departamentales y alrededor de 203 municipales. Vamos avanzando, pero aún falta.

¿Ya lo están haciendo?

— Ya. Entonces por ahí nos estamos yendo para convencerlos y decirles: “Miren, esto es un ‘gana-gana’”. Además, no necesitan generar una oficina específica para esto. Si ya tienen a alguien en un puesto clave, nosotros lo capacitamos.

Si quieren tener su instancia municipal de gestión de riesgo, perfecto. Y si no quieren gastar más, igual los capacitamos para que tengan esa visión de gestión de riesgo para el desarrollo de su municipio. Tenemos distintas estrategias para fortalecer el quehacer municipal, respetando su autonomía.

¿Por qué es tan importante esta estructura organizativa de emergencia?

Es sumamente importante porque el primero en responder es la persona que está padeciendo el efecto de la naturaleza. No somos nosotros desde aquí. Hoy en la mañana, una periodista me cuestionaba por qué, después de 18 horas del evento, no habíamos atendido a una comunidad. Pero los primeros en atender deben ser los propios vecinos, porque son quienes están ahí.

En ese caso había tres derrumbes. No podemos quitarlos de inmediato. Ya entró maquinaria y personal, pero mientras tanto, ¿quién responde? La corporación municipal. Por eso hay que fortalecerlos. La primera respuesta no la da el nivel nacional, porque el nivel nacional está aquí. Primero, es en la casa, luego en la comunidad. Si el alcalde se ve sobrepasado, llama al Gobernador; si él no puede, entonces nos llama.

¿Y qué dificultades han tenido? CONRED ya tiene mucho tiempo de existir…

En 2026, cumplimos 30 años. Pero también hemos ido madurando. Antes solo se pensaba en atender emergencias, ahora sabemos que no hay suficiente presupuesto para eso, así que debemos prevenir. Ya lo aprendimos. Tenemos protocolos, herramientas, y ahora el reto es darlas a conocer, diseminarlas, y que el lado político nos vea como aliados, no como una carga.

Lamentablemente, hay alcaldes que sí tienen la visión y se suman, pero otros no. Algunos dicen: “Eso no me interesa”, “Yo lo hago solo”, “Eso es perder el tiempo”, y así se van por otro rumbo.

Y esas municipalidades que faltan por integrarse, ¿por qué no lo hacen?

Muchas simplemente no quieren. Otras nos dicen “venga la otra semana”, y así lo van postergando. No hay interés, hasta que ocurre una emergencia en su territorio. Entonces ahí sí se dan cuenta: “¡Ups, debí haber tenido esto!”.

¿Esto está en un marco legal o es solo una recomendación?

Hay una obligación. La Ley de CONRED nos faculta para emitir normativas en beneficio de la población. Tenemos el Plan Nacional de Respuesta y los planes institucionales, que deben ser adoptados por todas las empresas. Esto se vincula con la seguridad industrial y ocupacional. Además, la Norma de Reducción de Desastres establece requisitos como rutas de evacuación y extintores. Las municipalidades no deberían autorizar edificaciones sin estos elementos. Todo está enlazado.

¿Y quién se encarga de verificar que eso se cumpla?

Ahí tenemos una limitación. La Ley de CONRED, Decreto 109-96, no es coercitiva. No tenemos facultad para sancionar. Y aunque idealmente deberíamos actuar por conciencia, la realidad es que muchas veces eso no basta.

¿No sería necesario que sí fuera coercitivo, al menos por un tiempo?

Esa es una decisión del Congreso. Si consideran que es necesario, ellos pueden modificar la Ley. Nosotros podemos presentar argumentos, pero no normamos. Esa es una tarea del poder legislativo.

¿Usted sugeriría que, a raíz de estos sismos, se presenten esas lecciones al Congreso?

Sí, claro. Pero CONRED es una institución técnica. No somos políticos. Podemos entregar nuestras observaciones, pero no depende de nosotros si son escuchadas o archivadas. Esa negociación ya entra en el ámbito político.

¿Y cómo se siente usted, como experta, al concluir que no estamos preparados?

Sumamente preocupada. Desde la Secretaría Ejecutiva estamos convencidos de que podemos hacer la tarea. Tenemos equipos capacitados, recursos, y sobre todo, compromiso. Pero me preocupa que parezca que es solo tarea nuestra. No lo es. Es tarea de toda la población.

Cada persona que vive en este país tiene el poder de generar cambios. Nos encanta la tecnología, pero ¿la usamos para nuestra seguridad? Ahí es donde todavía nos falta.

¿Cuándo se convierte el tema de la reducción del riesgo de desastres en un tema relevante?

Solo cuando hay un evento. Pasan cinco días, y si ya no sigue temblando, se nos olvida. Borrón y cuenta nueva. El tema queda solo en manos de quienes atendieron la emergencia, de quienes deben reconstruir, y de los directamente afectados. Pero no debería ser así. La prevención debe ser constante.

Fotos: Cortesía CONRED / República

 
Comparta este contenido:
Compartir en LinkedInCompartir en WhatsApp
 

Punto HTML con Texto Alineado

Braulio Palacios
Guatemala tiembla, se asusta... y olvida
598 palabras | 2 minutos de lectura

Los guatemaltecos reaccionan con fuerza emocional cada vez que tiembla. Aunque existe memoria histórica —como el recuerdo del 76— y se multiplican alertas, no pasa de alimentar el mito y la alarma colectiva. Entre susto y susto, el país no transforma el temor en prevención.

Por qué importa. El temor a un “gran terremoto” se renueva ante un nuevo “temblor fuerte”. Un sismo en la madrugada del pasado 5 de febrero reavivó esa ansiedad , exacerbada por la continua secuencia de temblores recientes, que evidencian una persistente actividad sísmica.

  • El 8 de julio, Guatemala registró un sismo de magnitud 5.7 con epicentro en Escuintla. Se percibió en la capital y activó protocolos de evaluación inmediata, generando preocupación generalizada.

  • Desde el martes se han contabilizado más de 340 réplicas, varias de magnitud entre 5.2 y 5.6, con epicentros en Sacatepéquez y Escuintla. Esto ha mantenido en alerta constante a autoridades y ciudadanos.

  • En respuesta, se suspendieron clases y labores públicas entre el 9 y 10, mientras CONRED, Ejército y bomberos activaban protocolos de evaluación y limpieza. Se han atendido más de 176 emergencias y afectando caminos, viviendas y servicios.

Entre líneas. La respuesta sísmica en Guatemala sigue siendo más reactiva que preventiva. Los simulacros no se toman con la seriedad necesaria, y los planes municipales de riesgo son más declarativos que operativos. La prevención es aún débil como práctica técnica y cívica.

  • De los 340 municipios del país, más del 70 % no tiene actualizados sus planes de reducción de desastres, según reportes internos de la CONRED.

  • Los simulacros nacionales se han realizado en fechas clave, pero muchas veces sin evaluación ni seguimiento. En varios casos, se reporta que duran menos de 15 minutos y carecen de participación comunitaria real.

  • Instituciones como INSIVUMEH y SEGEPLAN insisten en la necesidad de transformar la prevención en una rutina ciudadana y escolar, no solo en una reacción simbólica ante el miedo.

Hemeroteca. Guatemala ha vivido al menos cinco episodios sísmicos relevantes en los últimos 30 años. Cada uno trajo anuncios importantes y propuestas para reforzar la prevención. Sin embargo, muchos planes se quedaron a medio camino. La falta de continuidad marca la pauta.

  • En 1998, tras sismos en Alta Verapaz y Baja Verapaz, se anunció una estrategia de zonificación de riesgo urbano-rural, pero nunca se completaron los mapas debido a falta de fondos en SEGEPLAN.

  • En 2012, luego del terremoto de San Marcos (7.2 grados), el Congreso creó una mesa técnica para auditar la vulnerabilidad de hospitales y escuelas. La auditoría se inició, pero no se publicó el informe final ni se actualizó el sistema nacional de infraestructura crítica.

  • Una década después se lanzó la campaña “Prevenir Salva Vidas”, impulsada por CONRED. Buscó fortalecer la cultura de la autoprotección, pero no contó con presupuesto para extenderse ni pasó a una fase práctica.

Lo que sigue. A menos de un año del 50 aniversario del terremoto de 1976, diversas organizaciones civiles, universidades y expertos piden retomar la Ley de Riesgo Territorial, una propuesta técnica que busca convertir el conocimiento en acción estructural y descentralizada.

  • El borrador se trabajó entre 2017 y 2019 por SEGEPLAN, INSIVUMEH y sector académico. Propone que cada municipio cuente con un Plan de Gestión del Riesgo Territorial obligatorio, con enfoque “multiamenaza”.

  • También plantea la creación de una Plataforma Nacional de Datos de Riesgo, interoperable entre ministerios y municipalidades, para facilitar la toma de decisiones sobre urbanismo, infraestructura y educación.

  • Aunque la iniciativa nunca llegó al Congreso, urbanistas y geógrafos recomiendan relanzarla como hoja de ruta nacional para prevención sísmica, aprovechando el simbolismo de los 50 años del terremoto del 76.

 
Comparta este contenido:
Compartir en LinkedInCompartir en WhatsApp
 

Punto HTML con Texto Alineado

UN MENSAJE DE JCDECAUX
Salvar vidas en las calles: Guatemala se une al esfuerzo global por la seguridad vial

Guatemala se sumó a la extensa lista de países que impulsan la campaña de seguridad vial #HazUnaDeclaraciónDeSeguridad en conjunto con la Organización de Naciones Unidas (ONU), y JCDecaux. Esta iniciativa busca generar conciencia y reducir los accidentes de tránsito, que cada año cobran miles de vidas en todo el mundo.

Por qué importa. Se calcula que hay más de 1,19 millones de víctimas mortales y 50 millones resultan heridas de gravedad cada año a nivel global. 

  • En Guatemala, la situación es alarmante: más de 6,000 incidentes viales ocurren solo en el área metropolitana, afectando gravemente a cientos de personas y sobrecargando el sistema de salud pública.

  • Según autoridades locales, cerca del 60 % de las personas involucradas en accidentes sufren daños o pérdidas humanas.

  • El impacto no solo es humano sino también económico: la atención a traumas derivados de accidentes consume hasta el 80 % del presupuesto de los principales hospitales nacionales, y el Banco Mundial estima que los siniestros viales representan entre el 3 % y el 6 % del Producto Interno Bruto en la región

Voces. Jean-Charles Decaux, codirector General de JCDecaux, declaró que “estamos comprometidos con mejorar la calidad de vida de las personas, sin importar dónde vivan, trabajen o viajen, ofreciendo mobiliario urbano y servicios innovadores y sostenibles que respondan a las expectativas de las ciudades y sus ciudadanos”.

  • Agregó que esta misión es el eje central de JCDecaux, y por ello se sienten orgullosos de colaborar con las Naciones Unidas y con Jean Todt, enviado especial del Secretario General de la ONU para la Seguridad Vial, en la difusión de esta campaña global.

  • Por su parte, Jean Todt subrayó que “cada año perdemos 1.19 millones de vidas en las carreteras del mundo, lo que equivale a la población total de ciudades como la capital de Guatemala [...] Con esta campaña hacemos un llamado urgente a la acción para garantizar carreteras seguras para todos, en todo el continente”, declaró.

  • El alcalde de la ciudad, Ricardo Quiñónez, también destacó la relevancia del esfuerzo: “no se trata de una campaña normal, común y correcta. Esto se trata de un esfuerzo, pero de un esfuerzo integral, un esfuerzo integral por causar impacto en cambiar conductas, en cambiar conductas y salvar vidas”.

En perspectiva. La campaña global inició en 2023 y ya se implementó en 80 países y más de 1000 ciudades. En Guatemala, se instalarán 90 pantallas digitales en puntos estratégicos, con un alcance estimado de 2.6 millones de personas y más de 56 millones de impresiones proyectadas en redes sociales.

  • La iniciativa cuenta con el respaldo de figuras internacionales como el futbolista Ousmane Dembélé y el piloto de F1 Charles Leclerc, así como de atletas guatemaltecos como la medallista olímpica Adriana Ruano.

  • La adhesión de Guatemala a esta campaña es un paso firme hacia la transformación de la cultura vial en el país. Ante el elevado costo humano, social y económico de los accidentes, esta iniciativa no solo busca crear conciencia, sino fomentar un cambio real y sostenible en las conductas ciudadanas.

  • El reto es grande, pero el compromiso y las herramientas están en marcha para salvar vidas y construir un futuro vial más seguro.

En conclusión. La campaña #HazUnaDeclaraciónDeSeguridad representa una oportunidad única para que Guatemala no solo se una a un esfuerzo global, sino que también fortalezca su compromiso con la protección de vidas humanas y la mejora de la seguridad vial.

  • El cambio cultural y la responsabilidad ciudadana serán claves para transformar las estadísticas alarmantes en historias de éxito. Solo a través de la colaboración entre autoridades, organizaciones y ciudadanos será posible construir calles más seguras y un futuro donde la prevención prevalezca sobre la tragedia.

Punto HTML con Texto Alineado

Rafael P. Palomo
América Latina y Europa: una alianza necesaria, pero no sin condiciones

Europa enfrenta una encrucijada. La nueva presidencia de Trump agitó el avispero y, ahora, tanto en términos de defensa como de comercio, los hechos dejan claro que EE. UU. ya no es ese socio fiable del pasado.

En paralelo, China va consolidando su influencia por el “tercer mundo” mediante préstamos “sin condiciones” e infraestructura, sin compartir los valores europeos ni respetar la soberanía democrática de nuestros países; valores que, para la Europa del siglo XXI, son fundacionales.

Con el PPE como principal fuerza política Parlamento Europeo, Bruselas tiene una oportunidad única: crear un nuevo eje geopolítico con América Latina. No como destinatario de donaciones, sino como socio con recursos naturales, talento humano y proyectos empresariales que compartan principios de libre mercado, democracia y seguridad jurídica.

Hay tres áreas en las que considero que Guatemala, y la región en general, podrían volverse un buen amigo para el viejo continente:

1. Minería y energía: Europa necesita minerales estratégicos para su transición energética, imperativa para reducir la dependencia del gas ruso —y su particularmente ridículo rechazo por la energía nuclear que impone Berlín—. Pero acercarse sin garantías institucionales es peligroso. Con acuerdos que impulsen la sostenibilidad real —no la simbólica— y protección a los inversores, podríamos elevar el valor agregado latinoamericano al mismo tiempo que consolidamos suministro para Europa.

2. Agroindustria compatible: La obsesión europea por emisiones cero implica normas que hoy dificultan el desarrollo de nuestros países. Si en vez de imponer dogmas ambientales rígidos, Europa trabaja con productores locales con certificaciones y mejores acuerdos comerciales, Europa podría ampliar su “matriz agrícola” y generar oportunidades de desarrollo real en América Latina.

3. Tecnología y formación: La creación de canales de cooperación formativa —desde infraestructura digital hasta intercambio universitario— puede crear la base para economías más competitivas y centros tecnológicos regionales. Aquí, Europa tiene una ventaja frente a China, porque nuestro modelo es de cooperación intelectual, no de imposición estatal.

Un eje, sí; pero con reglas

A diferencia de la naturaleza de nuestra relación con EE. UU., Europa debe recordar algunas líneas rojas. Si quieren un aliado confiable, deben vernos como tal y no con la condescendencia actual. Hay tres aspectos fundamentales a considerar:

Adiós a las oenegés conflictivas. Varios fondos europeos han llegado a organizaciones locales que promueven protestas encubiertas, bloqueos, invasiones de fincas y sabotaje de infraestructura estratégica bajo la falsa bandera de los Derechos Humanos. Esto ha frenado proyectos de inversión legítima, por lo que, Bruselas debe reforzar los criterios de financiamiento —y la supervisión— para evitar que repitan el error de cooptar elites o propiciar desorden.

Estado de Derecho, no paternalismo. La nueva relación debe exigir gobernabilidad, transparencia y racionalidad presupuestaria a cambio de apoyo. La idea no es financiar clientelismos, sino construir institucionalidad, siempre respetando el principio de soberanía.

Evitar imposiciones ideológicas. Europa debe dejar de exportar reglas diseñadas para contextos distintos y entender que los países en vías de desarrollo deben hacer lo que ellos hicieron para crecer, no lo que hacen ahora que ya son grandes. Entender el contexto de la región es fundamental.

Si esta estrategia se ejecuta con inteligencia, Europa y América Latina podrían construir una alianza democrática, pragmática y productiva. Una alianza sólida frente a las maniobras de Trump; una relación transparente distinta del romance autoritario del modelo chino, y un nuevo modelo internacional basado en valores compartidos, coincidencia de objetivos económicos y visión de largo plazo.

América Latina, con recursos naturales, una fuerza laboral joven y empresas innovadoras, tiene potencial para convertirse en un aliado estratégico de primer nivel. A cambio, Europa puede ofrecer capital, tecnología y respaldo institucional.

Con Europa no solo compartimos cultura, religión e historia, sino también la coyuntura de un aliado que parece vernos cada vez menos como un socio y más como un subordinado. Es momento de que América Latina, heterogénea y dividida, se aferre a la bandera común de la Hispanidad que nos une con España —o la “iberidad” (sic), si lo ampliamos a Portugal— para recordar que Europa y América son amigos naturales.

Pero, sobre todo, que somos más fuertes bajo una lógica de socios, no de colonias. Europa lo necesita y América Latina debe responder al llamado.

 
Comparta este contenido:
Compartir en LinkedInCompartir en WhatsApp
 

Lecturas de fin de semana:

Por: Gérman Gómez

Por: Isabel Ortiz Caballeros