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El mundo árabe sin mitos

¡Buenos días!
El mundo árabe, más allá de los estereotipos. La doctora Eva Saenz-Diez, investigadora de la Universidad de Lovaina y experta en el mundo árabe contemporáneo, visitó Guatemala. En esta conversación ofrece una mirada clara sobre una región tan diversa como mal entendida: explica las diferencias entre el mundo árabe y el musulmán, los efectos de las primaveras árabes y los retos de convivencia entre la cultura árabe y la occidental. Según advierte, “entender el mundo árabe exige mirar más allá de la religión y reconocer su pluralidad lingüística, política y cultural”
Marketplace, el nuevo terreno del engaño. Las estafas en plataformas de compraventa en línea se multiplican y cada vez son más difíciles de detectar. Vendedores falsos, enlaces engañosos y ofertas irresistibles forman parte del nuevo ecosistema del fraude digital. Sin leyes claras ni controles efectivos, la mejor defensa sigue siendo la prudencia del consumidor.
Libre tensiona el sistema electoral de Honduras. El conflicto en el Consejo Nacional Electoral de Honduras dejó de ser un desacuerdo técnico para convertirse en una disputa abierta por el control del proceso electoral. A través de denuncias judiciales, filtraciones y presiones institucionales, el oficialismo busca reconfigurar el equilibrio dentro del CNE y el Tribunal de Justicia Electoral. Este análisis de Reynaldo Rodríguez examina cómo la desinformación y la instrumentalización de la justicia amenazan la neutralidad democrática hondureña.


INVESTIGADORA ESPECIALIZADA EN EL MUNDO ARABE CONTEMPORANEO
Eva Saenz-Diez: “Hay que diferenciar el mundo árabe del mundo musulmán”

Por: Luis Enrique González y Rafael Párraga
La doctora Eva Saenz-Diez es investigadora especializada en el mundo árabe contemporáneo. Forma parte del Grupo de Estudios e Investigaciones sobre el Mundo Árabe Contemporáneo de la Universidad de Lovaina y del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos de la Universidad Autónoma de Madrid. Es autora de numerosos artículos académicos y de libros. Estos días visitó Guatemala para disertar en el marco del República Summit Mujer 2025.
Una de sus áreas de expertise es el mundo árabe, un tema fascinante y poco conocido en América Latina. Para comenzar, ¿cómo definiría lo que entendemos como “mundo árabe”? ¿Es una unión de idioma, religión, cultura?
—A ver, hay que diferenciar el mundo árabe del mundo musulmán. El mundo árabe se entiende como los países o los pueblos de habla y de cultura árabe. Es decir, que lo que les reúne es el idioma árabe y la cultura árabe. A diferencia de los países musulmanes, que son mucho más amplios, de los más conocidos, que no son árabes per se, hay Turquía e Irán, por ejemplo, más cercanos al mundo árabe, y Pakistán e Indonesia. Entonces, el mundo árabe va más o menos desde Mauritania hasta Irak, pasando por todo el Magreb.
¿Cuál es la diferencia fundamental entre lo que se conoce como el mundo árabe y el Medio Oriente?
— Medio Oriente se centra más en la parte Israel, Palestina, Jordania, Egipto, en algunos casos, y quizás es una definición que nos viene más de Estados Unidos, de oriente próximo, medio oriente. Egipto sería más bien oriente próximo, pero que no se utiliza mucho en español. Entonces, diría que es más bien la parte de Líbano, Israel, Palestina.

Usted mencionaba que hay que separar el mundo árabe del mundo musulmán. ¿Pero se puede realmente entender la cultura árabe sin el islam?
— Es muy difícil, van muy vinculados. Entonces, hay cultura árabe, no musulmana, cristiana, por ejemplo, hay autores cristianos. De hecho, hubo un movimiento a finales del siglo diecinueve, principios del siglo veinte, de modernización del idioma árabe, del teatro, la implantación de la prensa, que fue llevada a cabo mayoritariamente por cristianos árabes que venían del Líbano y de Siria. Pero, efectivamente, es difícil desvincular el Islam o el mundo musulmán del idioma árabe, porque el Corán, que es la palabra divina para los musulmanes, revelada a Mahoma, ha sido en árabe. Y el Corán se aprende en árabe, se memoriza en árabe, y por lo tanto sigue habiendo un vínculo muy importante entre ambos aspectos, entre religión e idioma.
Entonces, ¿qué tan homogéneo es el mundo árabe? Porque desde América Latina se percibe como algo uniforme, unificado por religión y cultura.
— A nivel religioso, es verdad que hay una diversidad bastante importante. Incluso en el seno del Islam hay varias familias. Las más conocidas son el sunismo y el chiismo, pero incluso dentro del sunismo hay varias corrientes. Después, hay cristianos en la parte oriental del mundo árabe, es decir, a partir de Egipto. En el Mashreq ya no quedan cristianos o hay muy pocos cristianos autóctonos. En cambio, Egipto es el país que cuenta la más importante población cristiana, los coptos, que representan entre el diez y el doce por ciento de la población, en un país de más de ciento veinte millones de habitantes. Y el Líbano es el país que tiene la mayor proporción de cristianos, alrededor de un treinta por ciento.
Después, aparte de los países del Golfo, donde hay algunas poblaciones todavía cristianas, pero mínimas, hay comunidades en Irak, en Siria y en Jordania. Lo que pasa es que, a raíz del dos mil diez, dos mil once, con las revueltas que hubo en el mundo árabe, los cambios de regímenes, el Estado Islámico, la inseguridad, muchas de esas comunidades han emigrado mayoritariamente a Occidente. Uno de los casos más notorios es Irak, que se ha despoblado de sus comunidades cristianas en estos últimos quince años.
¿Y en cuanto al idioma? ¿Es realmente un factor de unidad?
— Hay un tema lingüístico, y es que el árabe, efectivamente, está hablado en todos estos países, pero no es el mismo árabe. Había un ejemplo que yo daba en mis clases de una entrevista que hacía un periodista saudí a un futbolista marroquí, y necesitaron un intérprete que era libanés. Eso revela bastante bien las diferencias de idiomas. Bien es verdad que tienen un idioma escrito común, pero que no es asequible a toda la población, porque hay un tal desfase entre el idioma escrito y el oral que gran parte de la población no tiene acceso al idioma escrito. Después, cuando se reúnen en la Liga Árabe, en El Cairo, no necesitan intérpretes, porque son reuniones de alto nivel y se entienden. Y para leer la prensa, también tienen este idioma común. Es interesante ver la influencia que han tenido países como Egipto y el Líbano con sus producciones culturales.

¿Contaría a Israel como parte del mundo árabe?
— A ver, Israel no, porque no es un país de cultura árabe. Bien es verdad que tiene una minoría bastante importante, árabe, arabófona, pero no la consideraría parte del mundo árabe.
Hablemos de política. ¿Cómo ha cambiado la identidad árabe en el siglo XXI a raíz de las primaveras árabes? ¿Queda un deseo de transformación política o fue más un episodio esporádico?
— Diría que sí que existe un deseo de cambios políticos, de apertura, de buena gobernanza, etcétera, pero creo que las poblaciones de los países que han vivido las revoluciones de manera más brutal no están necesariamente dispuestas a pagar el precio que pagaron en muchos casos para llegar a esta meta. Bien es verdad que cuando hubo los levantamientos en Túnez, la democratización venía en tercer o cuarto lugar.
Las primeras reivindicaciones eran poder adquisitivo, empleo, sanidad, etcétera. Y después venía el tema de la democratización. Es una población muy joven, con alta tasa de desempleo juvenil, sistemas educativos y servicios de sanidad que no están adecuados. Quizás este sea el primer problema: llegar a fin de mes, poder formar una familia, mandar a sus hijos a un colegio digno. Por lo que vemos, siguen prevaleciendo los temas sociales y cotidianos.
¿Cómo oscilan los jóvenes, hoy en día, en países más autocráticos, entre la reivindicación de sus derechos y los preceptos religiosos ideologizados dentro del Estado?
— Tienen un margen de maniobra relativamente estrecho. Irán, paradójicamente, ha tenido cierto juego democrático en las últimas dos décadas, dentro de un marco muy estrecho. Se podía elegir entre un candidato u otro, pero el abanico era limitado. Es interesante porque siempre se presenta a Irán como el país más represivo, pero sí ha tenido cierta alternancia. Ahora bien, lo que es interesante en todos estos países, y fue confirmado después de las revueltas del dos mil diez, dos mil once, es que la democracia no acaba en las urnas. Llegar a las urnas es un primer paso, pero no es el último. Eso se mostró de manera bastante clara en estos últimos quince años.

¿Existe una incompatibilidad cultural con la democracia liberal?
— Yo creo que está ligado en gran parte a la religión. Hay países asiáticos que han logrado cierto juego democrático, como Indonesia o Pakistán con sus altibajos. Pero no hay que fijarse solo en el proceso electoral, sino en la implementación de los resultados. Hubo una voluntad de democratización en la década pasada, pero hoy no es central en las reivindicaciones juveniles.
¿Es posible una coexistencia pacífica entre la cultura occidental y la árabe en Europa?
— Sí que es compatible, pero hay reglas del juego que hay que conocer y aplicar. En Europa hay marcos políticos y sociales derivados de su historia que no siempre son respetados por ciertas comunidades musulmanas. Pero la mayoría convive de manera pacífica.
¿Cuál es la peor mala concepción que se tiene sobre el mundo árabe en Occidente?
— Que árabe y musulmán son sinónimos. América Latina lo sabe bien, porque recibió migraciones de cristianos árabes a finales del siglo XIX y principios del XX, sobre todo de Líbano, Siria y Palestina. Estas comunidades prosperaron en Brasil, Chile, Argentina, y sus descendientes siguen arraigados a sus raíces mediterráneas.

¿Qué momento histórico marcó el flujo migratorio hacia América Latina?
— Fue sobre todo a finales del siglo XIX y principios del XX. En algunos casos eran pueblos enteros que partían buscando oportunidades, huyendo del Imperio Otomano. Brasil, Chile y Argentina fueron los principales destinos. Hoy vemos descendientes en política, economía y cultura.
¿Hacia dónde se dirige ahora la migración árabe y musulmana?
— Depende de las leyes. Lo más fácil para los migrantes árabes es Europa, por proximidad y contactos. Para Estados Unidos o Canadá es más complicado. La mayoría de las migraciones actuales son africanas y llegan a Europa de manera ilegal.
La Dra. Sáenz-Díez concluye que América Latina sigue siendo un “punto blanco” para muchos países árabes, pero cada vez más atractivo por razones políticas, culturales y económicas. Desde inversiones agroalimentarias hasta la influencia cultural de Turquía con sus series televisivas, la región se perfila como un espacio de oportunidades y vínculos históricos que merecen ser explorados.
Fotos: Diego Cabrera / República
Luis Enrique González
Marketplace, el terreno fértil para los estafadores digitales
1 422 palabras | 5 minutos de lectura

El sonido del timbre del banco aún le da vueltas en la cabeza a Agustín. Ese día creyó que estaba dando el primer paso para amueblar su nuevo apartamento; en realidad, estaba cayendo en una de las trampas digitales más comunes del momento.
Había pasado semanas buscando el mueble perfecto para su sala. Recién independizado, su meta era tener un espacio cómodo sin gastar demasiado. Como tantos jóvenes, descubrió en Marketplace —la plataforma de compraventa de Facebook— un universo de oportunidades, ofertas y artículos de segunda mano. Lo que no imaginaba era que también estaba entrando en terreno minado.
Encontró lo que buscaba: un juego de sala moderno, color gris, de esos que se ven en revistas. El precio era irresistible. El vendedor, amable y convincente, le ofreció toda la información: medidas, fotos, descripción y, sobre todo, una supuesta garantía de confianza. El pago debía hacerse como anticipo a una cuenta bancaria local, a nombre de una mujer llamada María Fernanda Rodríguez Palma.
Agustín no dudó. Hizo la transferencia a la cuenta número 12991050250839 y esperó la confirmación. Pasaron los minutos, luego las horas. La conversación por teléfono se interrumpió y el número +1 (719) 512-0501 no volvió a contestar. Cuando acudió al banco para averiguar, ya era tarde: no era la primera persona en preguntar por esa cuenta. Había sido usada para recibir varios depósitos, vaciada en minutos y cerrada.
Agustín salió del banco con el estómago hecho un nudo. No solo había perdido el dinero, sino también la ilusión. “No lo podía creer”, contó después. “Sentí rabia, frustración, vergüenza. Y ya no quise denunciar. Solo quería olvidar”.
Su historia, sin embargo, se repite todos los días. De este número +1 (719) 512-0501, con posible ubicación en Estados Unidos, siguen estafando. Ofrecen los mismos productos y casi tienen cuentas registradas y activas en todos los bancos. Por ejemplo, al contactarlo y mostrar interés en la compra y pedirle una dirección para llegar por el producto, dio esta: casa 2, Planes de Bárcena, Eucaliptos, Eje 4 4a, Villa Nueva.
Además, casi de inmediato, facilitó otros números de cuentas bancarias que están vacías, pero activas: ahorros, número 04913608723656, a nombre de Brandon Montezuma; ahorro, número 32992085220714, a nombre de Edvin Orlando Montoya Folgar, monetaria, número 7172245750, a nombre de Saraí Cifuentes, y ahorro, número 1383390, a nombre de Weslin Veralí Hernández Morales. Al consultar en los bancos, indicaron que están activas, pero vacías y que se deben denunciar para bloquearlas. A estos se les considera "prestanombres", y cómplices de una estructura criminal que opera en la impunidad, pero que ya están en la mira del Ministerio Público.
El auge del engaño digital
El caso de Agustín no es una excepción. Facebook Marketplace, diseñado para facilitar el intercambio entre usuarios, se ha convertido también en un campo fértil para estafadores. Los criminales digitales se aprovechan de la confianza, la necesidad y, sobre todo, de la rapidez con la que hoy se hacen las compras en línea.
Según datos recientes de la BBC, en el Reino Unido las denuncias por estafas en Marketplace se cuadruplicaron entre 2019 y 2024, pasando de menos de cinco mil a más de veinte mil reportes. “Nadie está a salvo”, advirtió Action Fraud, la unidad británica encargada de combatir este tipo de delitos.
En Guatemala, el problema va en aumento, pero las posibilidades de rastrear a los responsables son escasas. La ausencia de una ley específica de comercio electrónico deja a los consumidores en una zona gris.
“Es un fenómeno global, pero aquí estamos más expuestos”, explica María Canahuí, coordinadora del Departamento de Comercio Electrónico de la Cámara de Comercio de Guatemala. “En otros países existen marcos legales que facilitan la denuncia y el castigo. Aquí todavía dependemos casi por completo del criterio y la precaución del comprador”.
Los fraudes en Marketplace adoptan muchas formas, pero todos tienen un punto en común: la manipulación de la confianza. Hay quienes publican artículos inexistentes y desaparecen en cuanto reciben el anticipo. Otros envían enlaces que parecen legítimos y en realidad redirigen a páginas falsas que roban datos bancarios o contraseñas.
También abundan los casos en los que los vendedores ofrecen productos defectuosos o falsificados, impidiendo que el comprador los revise antes del pago. En ocasiones, los delincuentes se hacen pasar por compradores, dicen haber depositado de más y piden que se les devuelva la diferencia. Y en los últimos meses, ha crecido el uso de mensajes con supuestas promociones, sorteos o envíos de paquetes que nunca existieron.
Los métodos cambian, pero la lógica es la misma: crear una historia creíble, jugar con la emoción y la urgencia, y desaparecer antes de que la víctima reaccione.
El papel del consumidor
Canahuí lo resume con claridad: “El consumidor debe convertirse en investigador. Es quien tiene el poder de decidir si compra o no compra, si cree o no cree”.
Para la experta, las precauciones más básicas suelen ser las más olvidadas. No abrir enlaces de procedencia dudosa, verificar los perfiles de los vendedores, desconfiar de precios demasiado bajos o de anuncios con fotos profesionales y sin comentarios. Y, sobre todo, nunca pagar sin haber visto el producto.
“Hoy en día hasta un mensaje de WhatsApp puede esconder una trampa. Nos llega un enlace que dice que nuestro paquete está en camino, pero es de una empresa con la que nunca pedimos nada. A veces basta un clic para perderlo todo”, advierte.
También recomienda que las compras presenciales se realicen con cautela: en lugares públicos, bien iluminados y, preferiblemente, en compañía. En el caso de vehículos, conviene cerrar los tratos en espacios vigilados o con cámaras de seguridad. Y cuando se trata de joyas o artículos de alto valor, lo mejor es acudir con un experto o valuador de confianza.
“El sentido común es nuestra mejor defensa”, insiste Canahuí. “Si algo parece demasiado barato o demasiado rápido, probablemente es falso”.
Las señales del engaño
La mayoría de las víctimas coincide en algo: los estafadores son convincentes. Hablan con seguridad, usan fotos atractivas, imitan la forma de escribir de negocios reales. Algunos incluso crean un sentido de urgencia para presionar al comprador: “ya hay otro interesado”, “la oferta es solo por hoy”, “si no deposita ahora, pierda la oportunidad”.
Son frases diseñadas para anular la reflexión. Y cuando el impulso gana, el fraude se consuma.
Los bancos y plataformas suelen advertir que ninguna entidad seria pedirá transferencias directas, códigos de verificación ni datos personales fuera de los canales oficiales. Si un vendedor o comprador lo hace, es una señal clara de alerta.
En caso de caer en una estafa, actuar rápido es fundamental. Lo primero es denunciar el perfil y el anuncio dentro de la misma plataforma, bloquear al usuario y guardar todas las pruebas: capturas de pantalla, mensajes y comprobantes de pago.
Luego, contactar al banco o proveedor del servicio de pago puede ayudar a rastrear la transacción, aunque en muchos casos la recuperación del dinero no está garantizada. Las autoridades recomiendan presentar denuncia ante el Ministerio Público, aunque el proceso sea largo, para evitar que más personas sean engañadas.
También es importante cambiar contraseñas y activar la verificación en dos pasos, especialmente si el fraude incluyó el intercambio de información personal.
Educación digital, el mejor antídoto
Desde la Cámara de Comercio, Canahuí lidera programas de formación para usuarios y pequeñas empresas. Su meta es enseñar que vender o comprar en línea no consiste solo en abrir una cuenta o subir una foto. “Hay que aprender sobre seguridad, servicio, reputación. Y como consumidores, debemos educarnos también. Es un esfuerzo compartido.”
El problema, explica, es que muchos usuarios aún creen que las redes sociales funcionan como mercados tradicionales, donde basta una palabra o una sonrisa para cerrar el trato. Pero el entorno digital es distinto: anónimo, veloz y sin fronteras. “El engaño está a un clic de distancia”, resume.
Agustín, hoy, ya no compra en línea sin revisar cada detalle. Aprendió a desconfiar de lo que brilla demasiado y a preguntar antes de pagar. “Me dolió perder el dinero, pero aprendí una lección que no se me olvida: en Internet, la confianza no se regala”, dice.
Su historia es un recordatorio de que detrás de cada pantalla hay alguien, pero no siempre alguien honesto. Marketplace, como cualquier mercado, está lleno de oportunidades, pero también de trampas.
Y aunque la tecnología avanza y las estafas se vuelven más sofisticadas, hay algo que nunca cambia: la prudencia. Esa sigue siendo la mejor herramienta para no caer.
Porque, al final, es mejor perder una ganga que perder tu dinero.
UNA INVITACIÓN DE CÁMARA DE INDUSTRIA DE GUATEMALA
Encuentro Forestal 2025: innovación y sostenibilidad

El Encuentro Forestal 2025, organizado por la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), reunirá a líderes y expertos para impulsar el desarrollo sostenible de la cadena productiva forestal. Un punto de encuentro para generar conocimiento, alianzas y visión de futuro.
Por qué importa. La transformación del sector forestal impulsa la economía verde y la competitividad empresarial.
Promueve innovación y manejo responsable de recursos.
Fortalece redes que impulsan la sostenibilidad.
Genera oportunidades de crecimiento conjunto.
Entre líneas. El evento será el miércoles 5 de noviembre, de 08:00 a 17:00 horas, en el Hotel Westin Camino Real.
Espacio para aprender y conectar.
Reserve su lugar hoy mismo.
Lo que sigue. Sea parte del cambio hacia un modelo más sostenible.
Adquiera su entrada en 👉 eventos.industriaguate.com

Reynaldo Rodríguez
Libre aprieta las válvulas institucionales electorales

Desde mediados de julio de 2025, el conflicto en Consejo Nacional Electoral (CNE) hondureño dejó de verse como un desacuerdo administrativo y pasó a ser revelado como una disputa de poder abierta por el futuro de las elecciones. El punto de quiebre fue la paralización del CNE por falta de quórum en las decisiones sobre la contratación y operación del TREP, debido a una estrategia de Marlon Ochoa, consejero de Libre, para presionar al pleno a adoptar decisiones bajo un calendario cada vez más ajustado. El bloqueo político del CNE ha operado en una táctica conjunta entre Johel Zelaya, el fiscal general, y Ochoa para configurar el proceso electoral a su disposición.
Persecución política: desinformación y presión
El 22 de octubre, Ochoa presentó ante el Ministerio Público de Honduras una memoria USB con 24 audios, que según él evidencian una conspiración para alterar el proceso electoral en la cual estaría involucrada Cossette López, consejera del Partido Nacional de Honduras.
El episodio de los audios y su rápida judicialización revela un mecanismo de desinformación y presión política empleado por Ochoa y Libre contra Cossette López – y, por tanto, contra la oposición – para reajustar la correlación de fuerzas dentro del CNE. Anteriormente, se intentó presionar a Ana Paola Hall, la consejera del Partido Liberal, a través de amenazas cuyo origen no ha sido especificado aún.
El patrón es reconocible. Primero, se filtra o se impulsa la difusión de material no verificado – supuestas conversaciones que la vinculan con militares y con un diputado opositor –. Segundo, se sobredimensiona el tipo penal por el cual se le perseguiría, al sugerir que no se trata solo de una irregularidad administrativa, sino de delitos de alto rango, incluyendo traición a la patria y asociación para alterar el orden electoral. Tercero, se inserta todo ello en la hiperactividad del Ministerio Público como apoyo judicial a Ochoa, de modo que la única salida para la consejera sería dimitar o apartarse. Esto permitiría a Libre elegir a través del Congreso un consejero aliado del oficialismo y manejar la infraestructura electoral.
Esta presión desinformativa pretende convertir la sospecha en un hecho político y trasladarlo hacia presión instituciona. Si López resiste, incurre en la probabilidad de imputación de cargos severos. Sin embargo, si dimite, Ochoa lograría recomponer el pleno y despejar el camino para las decisiones sobre el TREP, contratos sensibles y fiscalización del proceso. Evidentemente, este acontecimiento es un clásico uso instrumental de la desinformación como arma de sustitución institucional.
Batalla psicológica contra los árbitros institucionales
La presión sobre los árbitros institucionales – específicamente el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) – constituye el otro eje del conflicto, pues refleja cómo la pugna entre consejeros del CNE se ha desplazado al órgano encargado de resolver sus disputas. Recientemente, el presidente del TJE, Mario Flores Urrutia, denunció públicamente que su vivienda amaneció rodeada por órganos represores del Estado. Esto demuestra la inclinación del oficialismo por emprender batallas psicológicas que combinan vigilancia constante, desinformación y posibilidad de persecución judicial.
Este clima de intimidación institucional sitúa al TJE como un nuevo campo de batalla, donde los intentos de controlar o desacreditar a los jueces buscan condicionar la futura resolución de recusaciones, apelaciones y controversias derivadas del caso Ochoa-López. La presión sobre el tribunal, en consecuencia, erosiona su capacidad arbitral y coloca en riesgo la neutralidad estructural del sistema electoral hondureño.
La recta final
La escalada de tensiones dentro del sistema electoral hondureño ocurre en un momento de máxima sensibilidad política, cuando el país entra en la recta final de la carrera electoral y los actores buscan asegurarse posiciones de control institucional. El presidente del TJE, Mario Flores Urrutia, interpuso recientemente un recurso de amparo contra el Ministerio Público, denunciando una injerencia directa sobre la autonomía judicial del tribunal y acusando al fiscal general de exceder sus competencias al intervenir en asuntos electorales.
Este gesto no solo marca una defensa jurídica del TJE, sino también una declaración política frente al uso del MP como instrumento de presión. En paralelo, la oposición consolida una ventaja en los sondeos y se percibe con mejores perspectivas de triunfo, lo que amplifica la tensión: mientras el oficialismo intenta mantener el control del aparato electoral mediante denuncias y deslegitimaciones, los bloques opositores perciben en cada maniobra una amenaza al proceso democrático.
![]() Por: Ana González | ![]() Por: Miguel Rodríguez |


