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Donde la ciencia toca las estrellas

¡Buenos días!
La joven guatemalteca que sueña con construir en la Luna. A sus 21 años, Valeria Sierra finalizó el curso de Fundamentos de Astronáutica en el IIAS, relacionado con la NASA, mientras estudia Ingeniería Química y lidera un emprendimiento de biodiesel. Su historia combina resiliencia frente a pérdidas personales con disciplina y fe, mostrando cómo alcanzar sueños extraordinarios.
Agotamiento colectivo en la ciudad: salud mental bajo presión. El video de un automovilista embistiendo a un motorista en la zona 9 expone más que furia: refleja un agotamiento colectivo. El tránsito caótico, la inseguridad y la falta de espacios de apoyo elevan la irritabilidad y desgastan la salud mental. Expertos advierten que el problema no es solo individual, sino relacional y comunitario.
Honduras: elecciones entre justicia politizada y un CNE debilitado. Reynaldo Rodríguez analiza cómo Honduras llega a su tramo decisivo electoral con un Consejo Nacional Electoral desgastado y una Fiscalía marcada por la politización. Entre fallas logísticas, persecuciones políticas y candidatos litigiosos, la oposición enfrenta un campo de juego inclinado hacia el oficialismo. La polarización y la falta de transparencia marcan un clima electoral de alta incertidumbre.

ESTUDIANTE DE INGENIERÍA QUÍMICA Y PRIMERA GUATEMALTECA EN GANAR UN CURSO DE ENTRENAMIENTO PARA ASTRONAUTAS
Valeria Sierra: “La disciplina me permite seguir y construir”
Por: Ana González
Con apenas 21 años, Valeria Sierra está escribiendo una historia que inspira. Estudiante de Ingeniería Química en la Universidad del Valle, se convirtió en la primera guatemalteca en obtener una beca para cursar el programa Fundamentos de Astronáutica en el Instituto Internacional de Ciencias Aeronáuticas (IIAS), relacionado con la NASA. Detrás de este reconocimiento internacional hay disciplina académica y liderazgo estudiantil, sino también una fortaleza nacida de la adversidad: la pérdida de tres seres queridos. Esta entrevista abre la puerta a su mundo, a sus sueños y a la resiliencia que la impulsa a mirar siempre hacia las estrellas.
¿Cómo obtuvo el curso en el Instituto Internacional de Ciencias Aeronáuticas?
— Hace dos años inicié un proyecto de investigación para desarrollar un concreto elaborado solo con ceniza de bagazo de caña, cuya composición química es similar al regolito lunar. El objetivo es crear una metodología que permita fabricar concreto en el espacio y construir bases lunares, evitando transportar materiales desde la Tierra. Ganamos el primer lugar y una beca completa para el curso de Fundamentos de Astronáutica.
¿Cuánto tiempo duró el curso y qué tipo de contenidos abordaron?
— Primero llevé un mes de clases en línea, con teoría sobre hipoxia, nubes nacientes, simulación de microgravedad y reacciones del cuerpo en condiciones extremas. Luego tuve una semana intensiva en Estados Unidos, con tres entrenamientos principales. El primero fue en una cámara hiperbárica, que simula la altitud de una nave espacial: a mayor altura, menos oxígeno. El cuerpo reacciona con dolor de cabeza, mareos, visión borrosa o euforia; una compañera incluso reía sin control. En mi caso no sentí nada, lo más riesgoso, pues en una misión real no percibir la falta de oxígeno podría ser fatal.
¿Este curso es un paso previo para convertirse en astronauta?
— Es un requisito esencial en el Instituto, pues brinda la base teórica necesaria para continuar estudios avanzados y aspirar a ser astronauta.
¿Es posible continuar o el costo es demasiado alto sin beca?
— Es alto el costo. Pero yo soy de esas personas que tienen fe, y de alguna u otra forma se puede conseguir lo que uno quiere.
¿Siempre fue disciplinada en tus estudios desde pequeña?
— Siempre he sido curiosa, y se lo debo a mi mamá. Nunca me exigió buenas notas; aprender era por gusto propio. Me enseñó a preguntar, aceptar y buscar alternativas. Apoyó todas mis etapas, incluso cuando elegí diseño gráfico, sugiriendo opciones sin descartar nada. Su guía ha sido clave.
¿Dónde estudió antes de la universidad? ¿Siempre fue su primera opción la Universidad del Valle?
— Estudié en el IGA. Y sí, la Universidad del Valle fue siempre mi primera opción.
¿Siempre se le hicieron fáciles las matemáticas o fue más por esfuerzo?
— De niña, los estudios me parecían fáciles, pero al llegar a básicos y bachillerato todo cambió. Descubrí que no todo es sencillo y necesitaba un esfuerzo extra. Desde preprimaria había sido aplicada, pero el nuevo ritmo del IGA, sin mis amigos y con miedo a lo desconocido, me obligó a adaptar mi metodología y estudiar por mi cuenta. Ese miedo se convirtió en motivación para esforzarme más y superar los desafíos.
¿Cuáles son sus aspiraciones profesionales ahora?
— Cada vez que me hacen esta pregunta no puedo dar una sola respuesta, porque me gustan muchas cosas.
Por ejemplo, ahora que estudio Ingeniería Química, me gusta mucho la energía renovable. Actualmente tengo una empresa que es de biodiesel, se llama Biodelta. Esta parte de emprendimiento también me gusta, pero también pienso: “¿De qué voy a vivir?” Por eso es otra área que me apasiona y busco desarrollarme, porque no todo es color de rosas y no siempre voy a conseguir becas.
Me gusta desarrollarme en esta área de emprendimiento. Somos actualmente cuatro socios, y los cuatro somos ingenieros químicos.
¿Se conocieron en la universidad para formar Biodelta?
— Nos conocimos en la universidad. Hace dos años me uní a un proyecto de biodiesel y lo innovamos, mejorando una metodología de 17 años. Participamos en la competencia de emprendimiento social Whole Price, ganamos en Guatemala y representamos al país en Dubái con Biodelta. Esto permitió que nuestro proyecto se convirtiera en spin-off de la universidad, incluso vinculándolo con la graduación.
¿Tiene algún pasatiempo o actividad en tus ratos libres?
— Ratos libres como tal no tengo. Pero siempre busco tiempo para lo que me gusta, o lo que me hace ser yo. Escribir, leer y hacer ejercicio son mis pilares para mantenerme viva.
¿Qué le gusta leer?
— Me gusta mucho la psicología y las finanzas. Estoy aprendiendo. Más que todo eso: la neurociencia y temas relacionados.
¿Conserva amistades de su época de colegio?
— Sí, del Castillo de Córdoba tengo tres personas con las que aún mantengo contacto. Si me hablan o necesitan algo, ahí estoy. Siento que son personas de vida, que conozco desde chiquita y ahí van a estar siempre. Son ese tipo de amistad.
¿Cómo es una semana típica en tu vida?
— Por ejemplo, lunes, miércoles y viernes entro a prácticas a las siete de la mañana y salgo a la una. Los martes y jueves también entró a prácticas.
¿Qué son las prácticas en tu carrera?
— Prácticas son como horas laborales que en mi carrera solicitan para que uno ponga en práctica lo que aprende en clase. Yo las hago en la universidad, en el laboratorio de operaciones unitarias.
¿Qué hacen en ese laboratorio?
— Como practicante, mi director de carrera funciona como mi jefe y me indica sus necesidades. Reviso diariamente proyectos de laboratorio y cristalería solicitados, además de colaborar con grupos de investigación. Tres proyectos se desarrollan en distintos horarios; por ejemplo, el de biodiesel se realiza martes, miércoles y jueves en diferentes turnos.
¿Qué realizan específicamente en el proyecto de biodiesel?
— El martes realizan la producción de biodiesel. Mezclan aceite con alcohol, a mediana escala, como 70 galones. Esto lleva casi dos horas de reacción.
El miércoles hacen lo que llamamos lavado y secado, que sigue siendo parte de la producción. Eso también tarda unas dos horas.
El jueves es solo control de calidad, para ver si salió bien o mal, y si hay que repetir. Esa es la organización del proyecto de biodiesel.
¿El proyecto de biodiesel es el más desarrollado de todos?
— Sí, es el más sonado. Pero hay muchos súper interesantes. Hay muchos temas que uno puede desarrollar, dependiendo del interés de cada estudiante.
¿Cómo se organiza su jornada diaria?
— Todos los días termino a la una. De una a dos almuerzo. Por ejemplo, los lunes de dos a tres tengo reuniones con mis socios de Biodelta. De tres a cuatro y media estudio responsabilidades académicas. Y de cuatro y media a nueve y media tengo clases.
¿Cómo disfruta los fines de semana?
— Sábado y domingo hago ejercicio por la mañana para desestresarme. Estudio, hago tareas y adelanto proyectos, ya que siempre hay parciales. A veces almuerzo con familia o amigos, pero solo un día para no atrasarme con la universidad.
¿Su agenda está bien estructurada? ¿Cómo se organiza?
— Uso una aplicación donde configuro mi página con actividades. Tengo mi calendario semanal. Me salen notificaciones de lo que tengo que hacer. Por ejemplo, si hoy tengo una reunión, la apunto de una vez y le pongo alarma. Eso me facilita todo.
¿Puede hablar más sobre su emprendimiento Biodelta?
— Hace dos años existía una metodología para hacer biodiesel. Nosotros la innovamos haciendo una mezcla de alcoholes. A nivel mundial se utiliza metanol, pero nosotros mezclamos etanol.
La universidad aceptó que lo lleváramos a nivel de emprendimiento después de la competencia en Dubái. Allá conocimos al mayor productor de biodiesel en Medio Oriente. Él se ofreció a ser nuestro mentor y ayudarnos a conseguir más contactos.
¿De dónde es ese mentor?
— Él es de Londres, pero se mantiene en Medio Oriente. Tiene negocios también en España.
¿En qué fase está el producto?
— Ya lo estamos vendiendo. De momento lo utilizan personas individuales que lo solicitan. Estamos en conversaciones con empresas para que lo implementen en sus camiones de logística.
¿Cómo manejan la relación entre amistad y empresa dentro del equipo?
— Cuando estamos en reuniones entendemos que somos amigos, pero tener una empresa va más allá de la amistad. Hay que tener esa madurez emocional de saber: “Ok, es mi amigo, pero aquí hay que rendir cuentas”.
¿Cómo se distribuyen las acciones?
— Somos cuatro socios y buscamos que todo sea igual para todos. Cada quien tiene su parte, porque es lo más justo. Aunque todavía no lo tenemos formalizado en acciones, sí está dividido equitativamente.
¿Ya tienen empleados o sedes?
—No, todavía estamos en fase inicial. Estamos vendiendo, pero solo somos nosotros. Todos hacemos todo, porque somos estudiantes. Si fuéramos solo uno o dos, no saldría adelante. Necesitamos el apoyo del equipo.
¿Dónde producen el biodiesel? ¿Usted también participa en la producci
— Sí, todos producimos. Depende del tiempo de cada uno. Yo también voy a la zona 12 a producir.
¿Cómo han financiado el proyecto?
— Todo lo hemos puesto entre nosotros. Siempre buscamos que todo sea igual.
¿Ya han tenido que decidir qué hacer con las ganancias?
— Todavía no. Estamos muy en etapa inicial. Aún no hemos llegado al punto de cerrar el primer mes con ganancias y decidir qué hacer con la plata.
¿Cuáles son sus metas para el próximo año?
— Aspiramos a tener una planta formal, generar empleo y demostrar que podemos producir sin contaminar. Queremos que más empresas se unan al cambio verde.
¿Qué espera lograr en los próximos años?
— Académicamente, seguir estudiando. Me veo con un doctorado a los 30 años.
¿Ha pensado en ser la primera astronauta guatemalteca?
— Sí, me gustaría. De hecho, ya hay otra chica guatemalteca en Estados Unidos, se llama Geraldinn Cortéz. No tengo todos los detalles, pero creo que tiene 27 años. Es otro gran ejemplo. Aunque en Guatemala mi nombre ha resonado bastante, yo la admiro mucho porque ella ya está allá.
Y en su vida privada, ¿cree en el matrimonio?
— Sí, sí creo. Pero tal vez como a los 30. Ahorita estoy enfocada en estudiar y construir mi vida.
¿En qué cree espiritualmente?
— Creo en Dios. En Jesús. Él me ha sacado de momentos oscuros y difíciles.
¿Puede compartir alguno de esos momentos difíciles?
— Un momento difícil fue en 2023, cuando mi hermano mayor Douglas falleció en un accidente de moto. Fue muy complicado. Él era una persona con la que me sentía segura. Lo que hago y lo que me motiva es poder decirle algún día: “Mira lo que logré”.
¿A qué se dedicaba Douglas?
— Estaba cursando una maestría en riesgos financieros y trabajaba en ese campo. Era admirable.
¿Qué edad tenía cuando falleció?
— Veinticinco. Yo tenía diecinueve. Ya han pasado dos años, pero se siente como si fuera ayer.
Antes nos comentó que sus papás se separaron cuando era pequeña, ¿esto le afectó tanto?
— Yo vivía con mi mamá, pero los fines de semana o de repente me iba con mi papá. Él también tenía su pareja, y al final ella fue una parte importante para mí, porque también, quiera que no, fue parte de mi crianza. Hace poco también falleció.
¿También falleció su abuelo recientemente?
— Sí. En los últimos tres años fallecieron mi hermano, la esposa de mi papá y mi abuelito. Han sido momentos que uno no entiende y creo que nunca va a entender, pero solo puedo decir que forman carácter.
Según mis creencias, ellos están en una mejor vida.
¿Cuál es su religión?
— Cristiana. Actualmente no voy a una iglesia, pero siempre busco tener una relación con Dios. Es algo más íntimo entre Él y yo. Leo la Biblia y practico mi fe de forma personal.
¿Qué le han enseñado estos momentos difíciles?
— Disciplina. No todos los días estoy bien ni en mi mejor momento, pero la disciplina me permite seguir y construir. Estar ocupada no es distracción, sino tiempo para mí. Comer o viajar sola son momentos de introspección, para reflexionar sobre cómo estoy y qué siento. Disfruto esa intimidad conmigo misma, porque al final uno será su propio compañero de vida y el mejor amigo que siempre tendrá.
¿Vive sola con su mamá?
—Vivo con mi mamá y mi otro hermano.
¿Fue difícil crecer sin ambos padres en casa?
—La verdad no, porque hay una buena relación. Mi papá y mi mamá se separaron, pero se comunican para ver cómo estamos, qué necesitamos. Nunca sentí que me faltara algo.
¿Cómo cambió su vida tras la pérdida de su hermano?
— Antes de la pérdida de mi hermano me dejaba llevar por mis emociones. Fui al psicólogo y aprendí que la disciplina da libertad: al inicio es difícil, pero con práctica se vuelve estilo de vida. Todo, siempre con Dios.
¿Qué recuerdas de cada uno de ellos?
— De mi abuelo, disciplina: entrenó judo toda su vida y nunca se dejaba llevar por emociones; un referente admirable en Guatemala. De la pareja de mi papá, dulzura: siempre sonriente, amable y consentidora, incluso en momentos difíciles. De mi hermano, lealtad y amor: me enseñó que el amor se construye con acciones diarias; me abrazaba, me molestaba, me acompañaba y siempre estaba dispuesto a dar consejos o ayudarme.
¿Qué mensaje daría a los jóvenes, especialmente a las mujeres en Guatemala?
— Con fe, claridad y constancia, se puede luchar por lo que uno quiere. No solo hay que enfocarse en la meta, sino valorar el proceso y dar pequeños pasos diarios, como leer cinco minutos al día. La perseverancia y la fe nos llevan más allá de lo esperado.
Fotos: Diego Cabrera / República
Alicia Utrera
No es furia, es agotamiento colectivo
818 palabras | 4 minutos de lectura

El semáforo sigue en rojo en la zona 9, una cámara capta a un automovilista que embiste varias veces a un motorista. La ciudad no se detiene, pero el video abre una pregunta incómoda: ¿qué tan agotada está la salud mental colectiva?.
“Salud mental es armonía con uno mismo, con los demás y con la naturaleza”, menciona Marco Antonio Garavito, director de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental. Insiste en que es un fenómeno relacional: no se construye —ni se deteriora— en soledad, sino en la fricción diaria con familia, trabajo, barrio y ciudad. Cuando esas relaciones se vacían de respeto y empatía, aparece la agresividad como reflejo.
La capital impone un laboratorio cotidiano de estrés. La evidencia regional muestra que la demora por congestión, más que el tiempo de viaje “libre”, se asocia con mayor probabilidad de síntomas depresivos en once ciudades latinoamericanas; además, un mejor acceso a transporte formal se vincula con menos depresión que conducir a diario. La conclusión abre una ventana de política pública: aliviar atascos y mejorar cobertura de transporte puede traducirse en beneficios de salud mental, no solo de movilidad.
La psicóloga clínica, Carolina Solís, lo describe así: “El tránsito es un disparador sostenido: ruido, imprevisibilidad, riesgo. Si la activación no se regula, sube la irritabilidad, se altera el sueño y la gente responde con furia a estímulos mínimos”. En su experiencia, el malestar se exacerba cuando fuera del volante también faltan espacios de escucha, rutinas de descanso y redes de apoyo.
En el otro extremo, María Elena Rojas, conduce menos desde que su empresa adoptó teletrabajo parcial. “Antes llegaba drenada y discutía en casa por cualquier cosa. Con tres días de home office duermo mejor y manejo con más paciencia”. Su relato coincide con la literatura: condiciones de viaje menos inciertas y trayectos menos congestionados reducen el desgaste emocional.
Un país en alerta: salud mental bajo presión
Guatemala arrastra alarmas propias. Entre enero y julio de 2023, un estudio reveló que 34178 personas recibieron diagnóstico de trastornos mentales y del comportamiento; cerca de 40 % era menor de 19 años.
Depresión, ansiedad y problemas por uso de sustancias, ocupan los primeros lugares. En la carga de enfermedad, los trastornos mentales, neurológicos, por consumo de sustancias y el suicidio concentran cerca de 17 % de los AVAD (Años de Vida Ajustados por Discapacidad) y 35 % de los AVD ( Años Vividos con Discapacidad), según el perfil país de la OPS.
Garavito sitúa la frustración como antesala de la violencia. En una sociedad donde conviven problemas económicos, trayectos extensos, servicios públicos insuficientes e inseguridad, el umbral de reactividad baja y la agresividad aflora: contra otros —en la vía, en casa, en el trabajo— y contra uno mismo —alcohol, drogas, descuidos extremos—.
No todo es patología clínica, advierte; hay sufrimiento psicosocial que exige prevención, tejido comunitario y respuestas de proximidad.
Los datos dentro del sistema refuerzan el cuadro. Durante la pandemia, el estudio HÉROES, realizado en el sistema de salud de Guatemala, reportó prevalencias altas de malestar psicológico y síntomas depresivos, señalando exposición prolongada al estrés y necesidad de apoyos breves accesibles. El hallazgo no se limita a hospitales: retrata qué ocurre cuando la presión se vuelve estado permanente.
La salud mental se construye en red
Si la salud mental depende de nuestras relaciones, entonces la solución también debe ser colectiva. La prevención ya no es solo una idea general: se convierte en acciones concretas. Por ejemplo, enseñar a manejar las emociones en escuelas y empresas, contar con protocolos para actuar ante crisis, y ofrecer atención psicológica breve y efectiva cerca de donde vive y trabaja la gente, opinan expertos.
También se trata de organizar mejor los horarios laborales, promover modalidades híbridas para evitar aglomeraciones, y mejorar la movilidad con transporte digno, aceras seguras y carriles confiables. Estudios urbanos muestran que reducir los tiempos de espera y facilitar el acceso a servicios tiene un impacto directo en el bienestar emocional de las personas, agregan.
En muchos países de la región, el sistema de salud sigue centrado en lo clínico y en el gasto hospitalario, mientras que la inversión en prevención y apoyo comunitario es mínima. Cambiar esa mirada —sin dejar de lado lo médico— significa entender que intervenir a tiempo y estar cerca de la gente puede evitar sufrimiento y gastos mayores en el futuro.
El video viral de la zona 9 no reveló un problema nuevo: lo resumió. Cuando el respeto se pierde y la ciudad genera más estrés que protección, la violencia encuentra espacio para crecer.
Cuidar la salud mental no es solo responsabilidad individual. Es una tarea colectiva que requiere redes de apoyo, tiempo para descansar, sistemas que respondan a tiempo y una movilidad urbana que no robe horas de vida.
En palabras de Garavito, “el horizonte sigue siendo exigente y simple a la vez, hay que recuperar la armonía con uno mismo, con los demás y con el entorno”.
UN MENSAJE DE CH PROMOTION
LEGO® FUN FEST en Guatemala

Entrar al mundo hecho de ladrillos LEGO® ahora es posible. La exhibición LEGO® FUN FEST regresa con una propuesta más completa e interactiva que nunca. Este evento ofrece un espacio ideal para compartir en familia o con amigos, con actividades diseñadas para todas las edades.
Qué destacar. Entre sus atracciones destacan las zonas de construcción libre, rampas de carrera, esculturas a gran escala, cine, acuario y la tienda oficial con artículos exclusivos.
Más que una exhibición, LEGO® FUN FEST representa una oportunidad para hacer una pausa en la rutina y revivir la creatividad y la imaginación que inspiran los icónicos ladrillos LEGO®.
Datos. Disponible hasta el 12 de octubre en el Centro Comercial Miraflores, Parqueo Nivel 6.
Para más información, ingrese aquí.
Reynaldo Rodríguez
Un recuento electoral de Honduras: Libre en desgaste
619 palabras | 3 minutos de lectura

Honduras entra al tramo decisivo de su ciclo electoral con una justicia crecientemente politizada y un árbitro – el Consejo Nacional Electoral (CNE) – en constante tensión. Tras unas primarias marcadas por fallas logísticas y custodia deficiente del material por parte de las Fuerzas Armadas, apoyo estructural del oficialismo, el CNE se vio desgastado por parálisis internas y disputas sobre observación y el sistema de conteo de votos. Esto ha causado un aire de parcialidad e incapacidad técnica en unas elecciones de alta polarización.
Al borde de la ley
En ese telón de fondo, la Fiscalía ha sido un terreno de manipulación política. Desde noviembre del 2023, ha sido dirigida interinamente por autoridades designadas por una Comisión Permanente con fuertes cuestionamientos de constitucionalidad. Esta politización de la justicia se ha dado de la mano con la elección de una Junta Directiva del Congreso en el borde de la legalidad debido a dilemas en las formas del procedimiento de elección.
El caso más reciente que cataliza estas tensiones es el del alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, investigado por el Ministerio Público por presunto desfalco municipal. Contreras, una figura líder en la oposición y el Partido Liberal, ha sido sujeto de persecución política por parte del fiscal general, Johel Zelaya. El episodio, por el peso político y económico de San Pedro Sula, contamina el clima preelectoral y refuerza el dilema de una justicia percibida como selectiva: especialmente después de la presión ejercida junto con fuerzas policiales para establecer el sistema de conteo de votos.
La situación electoral de Libre
A nivel de competencia partidaria, Libre llega erosionado. El partido capitalizó el antivoto contra el expresidente Juan Orlando Hernández, pero el capital moral de esa causa se ha diluido por conflictos internos y decisiones controvertidas. La elección de la Junta Directiva del Congreso en 2022, con episodios paralelos y acusaciones de vicios de nulidad, dejó una grieta de legitimidad que persiste.
Además, el video publicado por Insight Crime que involucra a narcotraficantes con el cuñado de la presidenta, Carlos Zelaya, y el anuncio presidencial – posteriormente desescalado – de poner fin al tratado de extradición con EE. UU. dañaron la percepción pública sobre el compromiso gubernamental con el combate al crimen organizado. Se abrió un caso en la Fiscalía contra el Carlos Zelaya, aunque este ha sido engavetado. A estos hechos se suman señales de clientelismo y uso opaco de fondos sociales, con el propósito de reducir la exposición de desgaste. Este es el caso de la diputada Isis Cuéllar, vinculada por informes del Tribunal Superior de Cuentas al desvío de cheques de SEDESOL con fines proselitistas internos. Aun a pesar de esto, la diputada aparece en primera casilla en su departamento en las boletas publicadas el 2 de octubre.
El golpe de la oposición
El golpe de gracia que la oposición pretende dar se ve a través de la candidatura de Jorge Cálix por el departamento de Olancho y condensa la batalla estratégica. Cercano a Salvador Nasralla, candidato presidencial del Partido Liberal, y con perfil de látigo en el Congreso, Cálix alega un bloqueo de su inscripción en el CNE por motivos políticos. Habilitarlo en Olancho – departamento de origen de la familia presidencial – busca fragmentar el voto oficialista mediante el arrastre combinado de Nasralla y Cálix en el departamento.
En suma, Honduras llega a las urnas con un árbitro debilitado, una Fiscalía cuestionada por su parcialidad y un oficialismo que pasó de acusador a acusado en el relato anticorrupción. La combinación de expedientes sensibles, candidaturas litigiosas y nombres bajo sanciones o informes crea un campo de juego donde la oposición se ve en desventaja frente a una estructura estatal que intenta amañar las elecciones a su favor.
![]() Por: Glenda Sánchez | ![]() Por: Marcos Suárez Sipmann |




